sábado, 26 de mayo de 2012

Según el Banco Mundial, YPFB no impulsa la inversión en Bolivia.

Nacionalización de YPFB
La inversión privada y la productividad de Bolivia son bajas, la informalidad es generalizada, no se impulsaron sectores estratégicos como hidrocarburos y la minería, además uno de los obstáculos para el crecimiento es el mal clima de negocios. Estas son algunas de las consideraciones del documento: “Alianza Estratégica con el país 2012-2015”, elaborado por el Banco Mundial (BM).

El análisis resalta que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) no ha sido capaz de impulsar la inversión en el sector. Como resultado, la capacidad de producción de gas de Bolivia se ha estancado, retrasando el crecimiento de las exportaciones de gas a Argentina y otros mercados. “Los países vecinos están reduciendo su dependencia energética de Bolivia mediante el desarrollo de sus propias reservas y la construcción de plantas de gas natural licuado”.

Por otra parte las perspectivas de crecimiento de la minería son modestas dado que San Cristóbal (la empresa minera más grande del país) ya ha alcanzado su máxima capacidad y que otras inversiones se han retrasado.

“El desarrollo de las reservas de hierro de El Mutún y de las grandes reservas de litio de Uyuni ha sido más lento de lo previsto debido a la falta de suministro de energía, infraestructura de transporte insuficiente y la falta de inversiones”.

También se resalta que algunos sectores intensivos en mano de obra, en especial el de manufacturas, podrían verse limitados por la falta de inversión privada vinculada con el clima de inversiones global y la incertidumbre generada por las continuas reformas legales y las restricciones en el suministro de energía, señala el documento.

PERSPECTIVAS ECONÓMICAS

Se prevé que el crecimiento converja a 3.8 % en el mediano plazo, que la inversión privada se mantendrá baja, en alrededor de 7 % del PIB, y que los precios de los productos básicos disminuyan, aunque modestamente, en los próximos años.

“El superávit de cuenta corriente podría disminuir a 1.4 % del PIB en el año 2015 si se estancaran las exportaciones mineras y gasíferas, disminuyeran las remesas y se elevaran las importacionesen respuesta a una fuerte demanda interna y a la apreciación real”.

“Se prevé que las reservas internacionales aumenten de 12 mil millones de dólares en 2011 a 18 mil millones en 2015. En el frente fiscal, el superávit podría disminuir gradualmente de 3.7% del PIB en 2011 a un nivel cercano al equilibrio o a un ligero déficit en 2013-15, bajo el supuesto de que los ingresos por hidrocarburos se estancaran y los gastos continuaran creciendo”.

También se anticipa que el gobierno central pueda incurrir en déficit y acumular deuda pero, como porcentaje del PIB, se prevé que la deuda pública bruta disminuya de 40% ciento en 2010 a 37 % en 2014 en la medida en que el PIB nominal crezca. Esta tendencia se revertiría al final del período de proyección debido al déficit fiscal emergente.

IMPACTO EXTERNO

Existen varios riesgos a la baja para el crecimiento económico. Un retroceso en la recuperación internacional podría afectar negativamente las perspectivas de Bolivia, erosionando los equilibrios externo y fiscal a través de la caída de los precios de los productos básicos, la reducción del volumen de exportaciones de gas a Brasil y Argentina y la disminución de las remesas desde España, Estados Unidos y Argentina.

“Las exportaciones de productos básicos representaron alrededor de 82 % de las exportaciones totales y 32% de los ingresos fiscales en 2010, y una caída significativa de los precios tendría implicancias tanto de cuenta corriente como en el balance fiscal. Si el gobierno tiene éxito en conseguir socios para llevar a cabo los proyectos de inversión anunciados, sobre todo en los sectores de minería y de hidrocarburos, las perspectivas de crecimiento a mediano plazo podrían mejorar de manera significativa”, indica el estudio.

Por otro lado, las altas reservas internacionales podrían aumentar la presión para gastar o consolidar un tipo de cambio fijo de facto afectando la capacidad de reacción ante choques externos. La situación fiscal también podría erosionarse por las presiones generadas por la descentralización y los costos relacionados con el proceso de nacionalización.

“Los obstáculos al crecimiento a más largo plazo deben ser abordados en cuanto a la infraestructura, el sector financiero y el clima de negocios. Importantes brechas de infraestructura y una débil capacidad institucional socavan las perspectivas de desarrollo de Bolivia”.

SECTOR FINANCIERO

El análisis del BM también destaca que el reciente aumento en el crecimiento del crédito, así como la fuerte dependencia en bienes inmuebles como garantía tendrán que ser cuidadosamente monitoreados. Asimismo, recomienda que el Gobierno equilibre las medidas para fomentar la inclusión financiera, incluyendo el otorgamiento de préstamos a través de entidades públicas y cambios en el marco regulatorio, con el riesgo de sobre-endeudamiento y un posible deterioro en la cultura de repago.

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